Mientras esperábamos a Inés
Aparte de las sábanas para su cuna, estuve preparando una
"mantita de apego"
algo que nunca había hecho.
Me enamoré de esta tela suave y aterciopelada en la que dá gusto arrebujarse.
En un trocito de tela de sábana pinté un corazón de flores con su nombre y luego lo apliqué sobre la mantita que ya había ribeteado con bies.
Las sábanas, a juego con el vinilo que sus papás habían usado para decorar su habitación.
Bienvenida Inés.
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