No quiero mirar atrás, ni hacer planes para el futuro. Pretendo vivir el día a día teniendo unas prioridades claras en las que soy un mero acompañante. No sabemos el tiempo que durará este transito, pero estamos allí, acompañando, amando, acariciando, intentando hacer más agradable la última etapa de una vida que ya no es vida. Te queremos, y allí seguiremos. En las treguas intento aprovechar y retomar mis pinceles. Ahora es imposible cumplir fechas y plazos de entrega. Lo que sale adelante, es pura casualidad Abanico de novia en madera de haya. País de algodón, teñido y pintado a mano. Puro milagro que llegase a terminarlo a tiempo. Gracias María por confiar en mi